El consumo de carnitina favorece el proceso de transformación y conversión de las grasas consumidas en forma de energía. Este proceso otorga un doble beneficio. Por un lado, se evita la acumulación de lípidos cuando haya un aumento de grasas en la dieta y, por otro lado, se mejora el rendimiento deportivo al facilitar la obtención de energía a través de la degradación grasa. Usando la reserva grasa de nuestro organismo, logramos mantener más intacto el glucógeno muscular que nos sirve para ejercicios más explosivos pero que, al ser muy limitado, se agota rápidamente.
✓Pérdida de peso: reducción de la masa grasa movilizándola de tejidos adiposos o de reserva, para un aporte energético.
✓Masa ósea y muscular: ayuda a mejorar las propiedades microestructurales del hueso al disminuir el recambio óseo. También puede ayudar a aumentar tu fuerza al producir un mayor aporte energético a las células y traducirse en una mejora muscular.
✓Infertilidad masculina: puede interferir en la reducción de la inflamación de algunos tejidos y órganos reproductores.
✓Problemas cardiovasculares: para personas con angina de pecho la L-carnitina puede ayudar a paliar las molestias causados por ésta. También puede resultar útil para mejorar la calidad de vida tras sufrir un ataque al corazón, ya que ayuda a mejorar los niveles de presión sanguínea y a controlar los niveles de colesterol “malo”.
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