Los científicos estudian el selenio para determinar cómo afecta a la salud. A continuación están algunos ejemplos de los resultados de estas investigaciones:
Cáncer
Los estudios indican que aquellas personas que consumen una menor cantidad de selenio podrían correr un mayor riesgo de tener cánceres de distintos tipos como: colon y recto, próstata, pulmón, vejiga, piel, esófago y estómago.
Enfermedades cardiovasculares
Los científicos estudian la posibilidad de que el selenio ayude a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Algunos estudios indican que las personas con niveles más bajos de selenio tienen un mayor riesgo de enfermedades cardíacas.
Deterioro cognitivo
Los niveles de selenio en la sangre disminuyen a medida que las personas envejecen, y los científicos estudian si los niveles bajos de selenio contribuyen al deterioro de la función cerebral en los mayores. Algunos estudios indican que las personas con niveles más bajos de selenio en la sangre tienen mayores probabilidades de tener funciones cognitivas deficientes.
Enfermedad tiroidea
La glándula tiroidea contiene altas cantidades de selenio que cumplen un papel importante en la función tiroidea. Los estudios sugieren que las personas (en especial las mujeres) que tienen bajos niveles de selenio (y yodo) podrían desarrollar problemas de tiroide.
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